19 Desde luego, tiene que haber entre vosotros también disensiones,
para que se ponga de manifiesto quiénes son de probada virtud entre
vosotros.
20 Cuando os reunís, pues, en común, eso ya no es comer la Cena del
Señor;
21 porque cada uno come primero su propia cena, y mientras uno pasa
hambre, otro se embriaga.
22 ¿No tenéis casas para comer y beber? ¿O es que despreciáis a la
Iglesia de Dios y avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué voy a
deciros?
¿Alabaros? ¡En eso no los alabo!
23 Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor
Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
24 y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se
da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»
25 Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa
es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en
recuerdo mío.»
26 Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la
muerte del Señor, hasta que venga.